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Beskrivelse
Sus compa eros trataron de disuadirle de aquella idea tan descabellada, pero Mariano, haciendo o dos sordos, rompi de una patada la carcomida tapa de su viejo ata d, y retirando la l pida, sali al exterior del camposanto. Un c lido viento sur golpe la calavera de Mariano, y este, mirando a aquella luna redonda como un queso de Idiazabal, respir profundamente con la intenci n de llenar sus pulmones con aquel ambiente embriagador. Pero no lo consigui . La bocanada de aire se escap entre sus costillas y entonces record , que sus pulmones solo eran un recuerdo perdido en el tiempo, as como el resto de lo que un d a fue un bello cuerpo, codiciado por m s de una moza.