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Beskrivelse
Poemas amargos, reflejo de ciudades demenciales y de furtivas resonancias, transidas de nostalgia. El primer ambiente del libro se llama Bajo el manto del peregrino, gira alrededor de la sensaci n de desarraigo y arranca con el siguiente poema: C bola, ciudad situada en mediode los vientos y las sombrasque no recuerdan el hechizo, que no recuerdan la plegariade los ngeles.C bola, brillando lejos: el viajero avanza por los caminosbajo un manto de p as y desamparo.C bola, ciudad amarga, enga osa para el ojo, quimera de videntes extraviados, enloquecidos en los vastos camposdela soledad.C bola, tierra de fantasmas, ciudad de llantoque dibuja la nostalgia.Tambi n aborda algo de mitolog a judeo-cristiana como en el poema La mujer de Lot: En los ojos de Edith-en esos ojos llenos de nostalgia-los dioses grabaron toda su rabiaantes de transformarlaen muda estatua de sue os y sal.El segundo ambiente, titulado Luna hace referencia a una especie de para so perdido simbolizado por un amor consumado y la luna. Podemos encontrar poemas como el siguiente: Luna, te he seguido a trav sde estas ciudades demencialesque se disfrazan con espinas, entre los bosques oto alesdonde borracho de mi angustiate di mil nombres como s lo, s lo conciben los poetas.O ste: Como una dama francesa del siglo doceque de tan blanca, de tan blanca y rubia, pr stina;como Laura en los tristes sue os de Petrarca, as de dulce, lucero de la ma ana.Toda la tristeza de mis ojos es el t tulo del tercer ambiente y en l se confronta la sordidez de la urbe moderna con un pasado provinciano, a veces rural, idealizado.Incluso en medio de las tr gicas ciudadesdonde mueren los sue os bajo speros hielos, incluso entonces encuentran puertas los magospor donde escapar a rutilantes jardines.La portada del libro se engalana con una fotograf a tomada por el gran Engelbert Grijalva a mi musa Marissa Ch vez ( ya te viste, g era?).Si toda tu vida quisiste ser un profeta b blico al puro estilo de Isa as no te limites, d jate crecer el pelo y la barba, abstente de ba arte, toma un bord n, recorre las calles lanzando anatemas y adquiere tu libro Ciudades de sal.Elko Omar V zquez Erosa