Por qu Dios se le prometi a Abraham todo Egipto en G nesis 15 y solo Cana n en G nesis 17?
Por qu l se le orden a Abraham un sacrificio animal en G nesis 15 y la circuncisi n en G nesis 17?
Por qu la circuncisi n a la edad de ocho d as?
Por qu Dios a adi una s laba al nombre de Abram?
Por qu , en el sacrificio de G nesis 15, Abraham no cort las aves como los otros animales?
Porqu la redacci n del Segundo Mandamiento es diferente entre xodo 20: 5 y Deuteronomio 5: 9?
Por qu el cap tulo 34 de xodo re-escribe y comenta ampliamente el Segundo Mandamiento de xodo 20: 5?
Por qu Mois s no quer a circuncidar a su hijo?
Cu l es el gran punto com n entre el Cor n y el Deuteronomio? Arqueolog a, historia y exegesis responden a estos enigmas. Nacido de una sucesi n de hallazgos que trastornan la lectura de la Biblia, este peque o libro se apoye sobre las obras de Agut y Moreno-Garcia, Albright, Attias y Benbassa, Davidovits, Desroches Noblecourt, Freud, Robichon, R mer, M. y R. Sabbah, Varille y Wald (Medicine Nobel prize) para hacer la historia de una utop a: la ef mera civilizaci n hebraica fundada por Abraham y Mois s y traicionada por el juda smo. Al aclarar la Tora por la historia de los cinco ltimos faraones de la XVIII dinast a y de los cuatro primeros de los Ramesides, y viceversa, sigue mas all que Los secretos del xodo (M. y R. Sabbah, 2000) la hip tesis de la origen egipcia de los hebreos, para hacerla una certeza. Confirma por un parte que las peregrinaciones de Abraham son un mito inventado por los jud os en Babilonia para esconder su origen egipcio (cf. R mer y los Sabbah), por otra parte que solo Akhenat n existi y que Abraham es un nombre falso. Los Sabbah departen de la constataci n arqueol gica que los Hebreos no dejaron ning n rastro en Egipto porque eran egipcios como los dem s. Disc pulos de la secta monote sta de Akhenat n infamada por el orden fara nico, tuvieron que exiliarse y colonizaron Palestina. Se basan en m ltiples elementos: cuatro pruebas arqueol gicas, datos b blicos y comparaciones interculturales. Esas ltimas fueron reforzadas por las de Le fabuleux h ritage de l' gypte (Desroches Noblecourt, 2004). Al adoptar el mismo enfoque historiogr fico y recordar, como ellos, que los egipcios inventaron el alfabeto, la c lebre egipt loga puso fin a las cr ticas de mala fe seudocient fica. Hemos juntado ocho otras pruebas arqueol gicas y m ltiples pruebas b blicas. R mer (Coll ge de France) acog nuestra primera descubierta: el Segundo Mandamiento no se contenta de retomar tal que ya la conoc amos la revoluci n religiosa de Akhenat n: monote smo y prohibici n de los dolos e im genes; tambi n muestra, como G nesis 15 y el libro del Deuteronomio permiten entreverlo, que prohib a las mutilaciones sexuales. Eso hace de la Alianza en el Sina una revoluci n en relaci n al puritanismo moralizador impuesto a Abraham y a los beb s hebreos. Aquellas concerniente las circuncisiones del hijo de Mois s y de Abraham siguieron esa chispa. Vino despu s la de la interpretaci n de la Alianza de G nesis 15 en la cual "Dios" le prometi a Abram no la tierra de Cana n sino todo Egipto. Entonces, fue la revelaci n del car cter ap crifo de xodo 34, creado de nada para contradecir que xodo 20: 5 proh be las mutilaciones sexuales. En fin, el descubrimiento del sentido de Deuteronomio 5: 9 respecto a xodo 20: 5 le dio el toque final. Al rev s del juda smo mutilador, xenof bico y guerrero como la civilizaci n egipcia, la religi n de Abraham y Mois s fue pac fica, cosmopolita y respetuosa de la integridad del cuerpo humano.
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